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Rupturas de Ligamento Cruzado anterior: ¿Estamos preparados para cambiar nuestra forma de pensar?

Probablemente ya nos conoces y sabes que estamos siempre en búsqueda de las mejores soluciones desde la evidencia, pero teniendo siempre el coraje de cuestionar la evidencia existente de manera responsable.


En esta publicación, nos vamos a referir principalmente a:


· Función del LCA.

· Reconstrucción de ligamento cruzado anterior

· Rehabilitación No quirúrgica post ruptura de LCA

· Regeneración del Ligamento Cruzado anterior

· Oportunidades futuras para personas con ruptura de LCA.



Para esto, primero es necesario entender la función del LCA, y es que el LCA tiene una función sensoriomotora que incluye componentes aferentes, eferentes y procesos de integración a nivel del sistema nervioso central que están envueltos en mantener la estabilidad funcional de la articulación durante los movimientos en el cuerpo.


Después de una lesión de LCA, pueden ocurrir varios déficits sensoriomotores, incluyendo déficit en la propiocepción, disminución de la fuerza en los cuádriceps e isquiotibiales y alteraciones en patrones de activación. Además, una lesión del LCA puede producir alteración en las señales que van hacia el cerebro durante movimientos de la rodilla.


“NO TE OPERES UN LIGAMENTO CRUZADO ANTERIOR CON RUPTURA” es una frase que hace un par de años hubiese sonado como una locura, sin embargo las últimas investigaciones nos llevan a considerar esta opción como una posibilidad mas dentro de la toma decisiones en personas con ruptura de LCA.



En el año 2016, Monk y colaboradores encontraron solo una gran investigación comparando la reconstrucción quirúgica + rehabilitación v/s la rehabilitación como única opción, donde NO encontraron diferencias entre ambos grupos en los resultados funcionales de la rodilla.


Todo esto nos lleva a pensar en cómo se ha construido la idea de que una cirugía reconstructiva de LCA es la única opción para personas con ruptura y esto nos ver el fenómeno desde una perspectiva histórica.


¿Conoces a alguien que se haya cortado el LCA y que no se haya operado? Probablemente muy pocas personas podrían responder afirmativamente a esta pregunta, ya que al día de hoy NO ES UNA OPCIÓN QUE SE LE OFREZCA a los pacientes, siendo esto un sin sentido, ya que hay cero estudios al año 2019 que comparan círugias placebo v/s reconstrucción de LCA (Zadro et al, 2019)


Este tipo de información nos lleva a pensar que el absolutismo asociado a la reconstrucción de LCA está basado en una construcción cultural que no ha sido no comparada adecuadamente, con estudios de pobre metodología y seguramente con una data científica de baja calidad.



Históricamente le hemos dicho a los pacientes (tanto kinesiólogos como médicos) que la “cura divina” para la recuperación después de una ruptura de LCA es una operación y una rehabilitación intensiva, porque esto “arreglará sus rodillas”, pero la evidencia no es tan clara en aquello.



Por otro lado, si revisamos lo que se realiza en los tratamientos conservadores para personas con LCA podemos observar que se realiza tratamientos donde faltan muchos componentes de fortalecimiento como pueden ser los movimientos multidireccionales a altas velocidades, razones por las cuales han ido naciendo algunos mitos que no tienen mucho asidero, ya que si no nos exponemos a algo, difícilmente podremos adaptarnos para poder lograrlo de manera consistente.



Le hemos dicho a los pacientes que su rodilla será más fuerte después de una reconstrucción de LCA, pero hay evidencia de que la reconstrucción puede hacer la rodilla aún más débil a 2 años después de la cirugía (Xergia et al,2011)


Otra creencia que hemos creado con los años tiene relación con que si ha habido una ruptura de LCA no se podrá volver a actividades que impliquen cambios de dirección o pivoteos en general, sin embargo la evidencia ha mostrado en diversos estudios que es muy factible poder volver a actividades multidireccionales y realización de cortes, incluso en pacientes no operados sin problemas sintomáticos o episodios de inestabilidad. (Hurd et al, 2009 y Grindem et al 2012).




De la última gran creencia que vamos a hablar es que se cree que una vez que el LCA se ha cortado, no existe la capacidad de regeneración, y es que hoy sabemos que el LCA humano tiene una GRAN CAPACIDAD INTRÍNSECA de regeneración, donde en un estudio se pudo ver que de 102 pacientes con ruptura de LCA, 83 tuvieron una regeneración espontánea!. (Ihara y Kawano 2017, Costa-Paz et al 2012). Sin embargo, siempre hay que tener claro que en esto, que a veces parece simple y milagroso, hay que ir a mirar los detalles, siendo EL GRAN DETALLE QUE TODOS esos sujetos se vieron expuestos a un proceso de fortalecimiento de entre 6 meses a 1 año.


¿Y si tal vez ha llegado el momento de dejar de discutir tanto en relación a los diferentes tipos de injerto y quizás empezar a hablar de una optimización de la rehabilitación?






Todos estos resultados y cuestionamientos deberían ayudarnos a considerar la rehabilitación como una opción primaria a la hora de hablar de rupturas agudas de LCA, pero de una REHABILITACIÓN DE MOVIMIENTO en todo su espectro, no solamente estrategias pasivas y/o lineales.


Por Gonzalo Velásquez, Kinesiólogo MS



















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